Casa Árabe de Madrid
Dos años después de que los
musulmanes se aliasen en el “Movimiento Verde” con el fin de transformar el
régimen islamista, asistimos al fracaso de un pronunciamiento que ha
repercutido de forma directa en los derechos y libertades de las mujeres
iraníes.
Faharín Sabahi, profesora de
Historia de los Países Islámicos en la Universidad de Turín, cuenta cómo la
lucha del pueblo musulmán por acabar con un régimen caracterizado por las
torturas, violaciones, ejecuciones, etc. es reprimida por el exceso de poder del
Gobierno Islamista. Desde que en junio de 2009 el Presidente Mahmud Ahmadineyad llegó al poder, las mujeres
musulmanas se han visto obligadas a convivir con un régimen dictatorial que tiene
como principal objetivo la anulación de todos sus derechos y libertades como
ciudadanas.
Víctimas
de la represión y la marginación, las mujeres musulmanas salieron a la calle
con el objetivo de lograr una reforma y un progreso hacia un Estado Democrático.
Pero a pesar de la lucha que miles de mujeres han llevado a cabo para conseguir
un puesto digno en la sociedad, siguen sufriendo las represalias de sus
gobernantes: se ven obligadas a cubrir su cabeza con un velo para salir a la
calle, a contraer matrimonios de conveniencia con tan sólo 9 años, a convivir
con la privatización de sus derechos por miedo a las condenas y lapidaciones del gobierno, etc.
En
los últimos años, han conseguido que las mujeres musulmanas asistan a la
Universidad para formarse y poder acceder al mundo laboral. Ahora, el gobierno
pretende frenar este progreso limitando su acceso a algunas facultades y
estableciendo programas de planificación familiar que las obligan a permanecer
en sus casas de por vida. Nos encontramos así ante una serie de medidas que
pretenden debilitar aún más el papel de la mujer en la sociedad para que
vuelvan a adoptar su labor tradicional.
Sara
Díez García
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