jueves, 20 de diciembre de 2012

El modelo conductista aplicado a la realidad


Según la teoría del modelo conductista, la educación pone énfasis en los efectos, es el modelo estímulo-respuesta. Éste corresponde a la llamada “ingeniería del comportamiento” y consiste esencialmente en “moldear” la conducta de las personas con objetivos previamente establecidos.

Es por esto que no se me ocurre un ejemplo mejor para aplicar a este modelo, que el de la película La Ola. En el film, un profesor de instituto en Alemania pretende dar a conocer a sus alumnos la Autrocracia (en griego: gobierno de uno mismo) como forma de gobierno. Los alumnos al principio no creen en esa nueva forma de gobierno, no creen que Alemania pueda volver a caer en una dictadura. Es entonces cuando el profesor pone a prueba las técnicas conductistas, es cuando decide experimentar con sus alumnos y demostrar lo fácil que es manipular a las masas, su lema sería: "Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo".

El profesor condicionaría al educando para que adoptara las conductas e ideas que había planeado previamente, de esta manera establece normas distintas que sus alumnos deben seguir. Así es como consigue que cada día cuando entre a clase los pupilos clamen su nombre a la vez, así mismo, consigue que adopten un saludo que describe una especie de ola cada vez que entra en clase (al estilo del saludo nazi), a medida que su condicionamiento va penetrando más en los jóvenes, es capaz incluso de hacer que vistan todos igual como si llevaran una especie de uniforme, de la misma manera, elaboran un símbolo que irán plasmando por las calles, aulas, edificios… de esta forma, es como consigue crear un mini-ejército a sus órdenes.

En esta película se ve claramente cómo a través del condicionamiento y la persuasión se puede influir en las masas. En el largometraje, la labor del docente no es sólo la de impartir conocimientos y hacer que sus alumnos aprendan, sino que trata de convencer, de manejar, manipular, a los jóvenes a su antojo para que actúen tal y como él quiere que lo hagan. Es capaz de inculcar a sus alumnos la visión de un nuevo gobierno, una visión de la que apenas tienen conocimiento, no les da la capacidad de reflexionar sobre ello y al final para los alumnos todas esas reglas que el profesor impone, se convierten en un hábito por el cual marginarán y harán daño a aquellos que no lo sigan. Por lo tanto, es conveniente decir que en este ejemplo, el protagonista consigue su objetivo, una comunicación efectiva, es decir, consigue que sus receptores modifiquen su conducta.

Al final de la película, el profesor crea una masa dispuesta a defender esa idea y valores impuestos de Autocracia sobre todas las cosas, algunos no saben ni por qué lo defienden, sólo saben que deben defenderlo por encima de cualquier opinión contraria a ello, crea un auténtico fanatismo. El problema es que esa bola que empezó siendo pequeñita y una idea sin ningún tipo de mala intención más que la de experimentar, terminó siendo una gran bola con un fatídico desenlace. Por llamarlo de alguna manera, ese lavado de cerebro, esa imposición de normas del profesor hacia el alumnado, hizo que los más vulnerables emocionalmente fueran los más aferrados a la causa, fueran los que defendieran esa idea hasta con su propia vida. La película está basada en hechos reales, por lo que es un buen objeto de estudio para modelos y teorías como esta.

En nuestra vida cotidiana también encontramos aplicado este modelo de modificación de conducta y la persuasión, lo encontramos en la publicidad a cada paso que damos, en la calle, en la televisión, internet… en las relaciones públicas y sobre todo, en los partidos políticos. Estos últimos me parecen muy importantes, ya que si una sola persona con una masa pequeña consigue crear una especie de ejército a sus órdenes, ¿qué no sería capaz de hacer un grandísimo y buen líder carismático/partido político con todo un país? Esta es una pregunta un tanto fuerte, ya que, no todo el mundo es tan fácilmente susceptible de cambio, pero tampoco olvidemos que todo parte de unos pequeños inicios.

Irene Cuesta Perdido














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